jueves, 18 de agosto de 2011

Un proyecto político para que la vida sea mejor para todos. Y hoy, un propósito: ¡VOTE BIEN!

Acuerdo de ciudadanos sobre:

¿Qué queremos preservar de los avances que ha hecho la ciudad?
¿Qué se puede mejorar?
¿Qué definitivamente es necesario superar?

Somos conscientes de los avances de Medellín en los últimos tiempos, producto de buenas administraciones y empresas prósperas, pero somos sobre todo actores y testigos del valeroso empeño ciudadano que se expresa a través de cientos de redes sociales y artísticas que han disuadido a muchos ciudadanos de sucumbir a las tentaciones del dinero fácil, de la corrupción.

Nos unimos porque somos conscientes de que este entramado tiene una tarea aún pendiente:

hacer visible la capacidad de incidencia que tenemos y la responsabilidad que asumimos desde cada acción y propuesta con los destinos de la ciudad que habitamos y por la que trabajamos.

Somos una propuesta que viene de jugársela en el día a día, desde los más diversos rincones de la ciudad, que encarna la diferencia, que recoge a muchos con poca voz en el poder. Somos una fuerza creadora, que propone, que pervive, con ganas de incidir más allá de las propias audiencias, con la responsabilidad ética y política de que la democracia se profundice y así la vida esté llena de satisfacciones para quienes viven la ciudad honrada, amorosa, plenamente.

Queremos que nuestros sueños se extiendan a muchos más y lo creemos posible. Vamos a contribuir a ello.

Lo primero, reconociendo los logros históricos, de los que hemos hecho parte y nos sentimos orgullosos. Lo segundo, dejando claro qué NO queremos para nuestra ciudad.

Lo vamos a expresar así:

Valoramos la capacidad de supervivencia de nuestra gente, de las comunidades y las múltiples expresiones de resistencia creadora, el diálogo entre comunidades y organizaciones, una gran fortaleza que permite interacción en la ciudad.

Valoramos la intención de avanzar en el enfoque de derechos como principio de las políticas públicas, pero es necesario que se profundice su sentido y su expresión en cada proyecto y programa, que se transversalice a todos los discursos y a todas las acciones; que se supere el concepto de acción diferencial en programas que van directo “de la exclusión a la rumba”.

Reclamamos una lucha decidida contra la inequidad.

Necesitamos una ciudad que le apueste a la vida, que la defienda con respeto, amor, inclusión, proyectos sociales y artísticos, oportunidad para todos.

Valoramos los proyectos sociales en marcha, especialmente el de Primera Infancia como una apuesta por el desarrollo integral de los ciudadanos.

Queremos más seguridad ciudadana sobre la base de estrategias sociales y participativas, así como un papel más claro, transparente y civilista de la policía. Medellín necesita un aparato de justicia claro y responsable, para lo cual el gobierno local requerirá de coraje y decisión. Necesitamos un plan de formación ética de los ciudadanos y un gobierno que más allá de una apuesta por lo legal, dé ejemplo y reclame a todos, comportamientos, decisiones, actuaciones éticas. No apoyamos el toque de queda ni ningún acto de represión como estrategia de control.

Necesitamos un gobierno local constituido por funcionarios responsables y respetuosos de los ciudadanos, conscientes de su papel como servidores públicos. Necesitamos más herramientas de seguimiento para que cumplan a cabalidad su misión y sistemas de control a las propuestas ciudadanas y a los planes de gobierno, que permitan a todos reconocer cuáles son los proyectos que realmente producen impacto, y podamos reformular los que sólo cumplen un papel mediático o populista.

Queremos una propuesta por más y mejores empleos.

Queremos una ciudad participativa e incluyente. Valoramos la puesta en marcha del presupuesto participativo. Ahora es necesario que ese presupuesto sea mayor, que las reglas de juego sean más claras y privilegien la financiación de los actores propios de cada comunidad. Que los procedimientos de asignación impidan que esta herramienta de asignación, se constituya en un factor de disputa entre organizaciones sociales y sea por el contrario motivo de vínculo y solidaridad.

Consideramos un gran avance el estímulo y acompañamiento a los Planes Locales de Desarrollo, como estrategia de integración y de responsabilidad compartida. Deben hacer parte estructurante de cualquier política pública de ciudad, con el apoyo tanto del gobierno como del sector privado.

Valoramos el esfuerzo por hacer de las Empresas Públicas de Medellín una empresa eficiente, pero reclamamos para los estratos más bajos de Medellín la asignación de una renta básica que satisfaga la dotación de servicios públicos domiciliarios y el acceso a una alimentación básica que contribuya a enfrentar su exclusión, la superación de la extrema pobreza, con el fin de que puedan recuperar su dignidad y por ende vincularse al desarrollo humano y social.

Apoyaremos la propuesta del agua como un derecho básico y vital al que deben tener acceso todos los ciudadanos.

Valoramos el reconocimiento que las políticas públicas han hecho a muchas redes sociales y culturales, pero es tiempo de que éstas hagan parte de las políticas públicas y tengan acceso al presupuesto y los proyectos, no como acciones de apoyo sino como estrategia del desarrollo plenamente democrático. Son ellas el verdadero capital social de la ciudad. Es necesario construir más y mejores instrumentos sociales para el empoderamiento real de los ciudadanos y sus organizaciones. Es clave revalorar el papel de la Veeduría Ciudadana al Plan de Desarrollo, y la participación efectiva de los jóvenes en las decisiones de ciudad.

Valoramos los referentes positivos que la ciudad ha construido contribuyendo a la visibilización de otros modelos de vida, pero también es necesario que el apoyo para estos líderes sociales, deportivos, artísticos, y a sus organizaciones, se traduzca en apoyo a proyectos sostenibles, trascendentes, capaces de modificar imaginarios y medios para la sostenibilidad de estas redes y ciudadanos. Valoramos proyectos como el de Mujeres Talento, que construye nuevos y mejores imaginarios de mujer. No queremos en los medios de comunicación la exaltación de más héroes y heroínas del narcotráfico, de la corrupción, de las guerras.

Valoramos inmensamente la infraestructura social construida en los barrios menos favorecidos o al acceso de todos. Hoy la ciudad cuenta con múltiples espacios en los que la participación democrática se hace posible, pero es necesario que el acceso a estos bienes, como las bibliotecas, privilegie sin recelo la destinación a quienes deben ser sus primeros usuarios: las comunidades del entorno, las organizaciones populares. Se requiere un espíritu más generoso en su administración, más consecuente, con el fin para el que fueron creados. Como dice uno de nuestros amigos: “ya se hizo la ingeniería, es necesario ahora hacer la jardinería”, es decir, preguntarnos hondamente por los contenidos de lo que ha de circular por tan bellos espacios, por el ser que queremos que se cultive en ellos.

Valoramos el mayor acceso a la educación que se ha propuesto la ciudad, especialmente las becas de EPM a los estratos 1, 2, y 3. Son una verdadera oportunidad para muchos, pero es necesario seguir ampliando esos cupos. Valoramos las Becas de Creación y la posibilidad de intercambios culturales y artísticos, a los que es necesario asignar mayores recursos. Creemos necesario para la formación integral del ser y el mejor uso del tiempo libre, la recuperación de los espacios extracurriculares y así el mejor uso de la infraestructura social y educativa.

Valoramos la cercanía que se ha construido con las administraciones, la posibilidad de interactuar, pero es necesario que se amplíen los escenarios de diálogo libre, la posibilidad de contradecir, confrontar y proponer. No está bien que los recursos que se asignan en la ciudad a las organizaciones actúen de veto para el diálogo crítico con la administración municipal, para la contrapropuesta. Necesitamos seguir creciendo en la tramitación serena e inteligente de las diferencias. No queremos que se institucionalice e instrumentalice la cultura, perdería su valor vital.

Valoramos el desarrollo de los medios comunicativos al alcance de muchos, valoramos especialmente los esfuerzos de Medellín Digital y el acompañamiento a los medios de comunicación alternativos. Es necesario seguir extendiendo su acción como medio para hacer posible la democracia. Es necesario que cada vez haya más cobertura en la circulación de contenidos por la red virtual, para que más ciudadanos accedan al conocimiento, a los debates, a las oportunidades.

Valoramos el presupuesto asignado desde la administración municipal a la cultura y la comprensión del papel de ésta en el desarrollo de la ciudad, pero reclamamos espacios más democráticos y transparentes para acceder a sus recursos. Reclamamos planes de promoción de las diferentes expresiones de la cultura, como manifestación de múltiples modos de vida, más allá de las fronteras de los barrios.

No queremos más Fuerza Joven, como proyecto prioritario de ciudad. Creemos en la inclusión de los que han estado en la guerra, en el delito, en la delincuencia, pero con reglas de juego claras y con rigor, también por el bien de ello. Reclamamos un proyecto que incluya decididamente a quienes apuestan por la vida, por la decencia, por el amor y respeto a los demás. Queremos una dirección de Metrojuventud fortalecida, que le apueste a la construcción de ciudad con los héroes que no están armados, orgullosa de las organizaciones y expresiones jóvenes y no en disputa con ellas por la imagen.

Valoramos y apoyamos el proyecto de Atención a Víctimas del Conflicto Armado, como un plan necesario de reconciliación entre los ciudadanos y con quienes han sufrido los nefastos efectos de las violencias. Apoyamos el proyecto de la Casa de la Memoria como un espacio que conmueve, que sensibiliza, que nos permite hacer una reflexión colectiva sobre nuestra sociedad y la parte que tenemos en estos hechos oscuros que ha vivido y vive la ciudad.

Valoramos la internacionalización de Medellín y su posicionamiento positivo que redunda en una educación superior de calidad, con estándares internacionales, pero reclamamos una mayor valoración de lo propio.

Valoramos y necesitamos una Área Metropolitana cada vez más articulada y una ciudad más responsable con su región. Reclamamos una alcaldía y una gobernación que trabajen armónicamente por un propósito común.

Queremos un canal de TV que sea ciudadano y no solo un medio para la propaganda del gobierno local. Que reconozca la riqueza de culturas y opiniones, un canal que construya diálogos y ayude a tramitar las diferencias.

Defendemos la idea de una ciudad con múltiples creencias religiosas, y por lo tanto, el papel de las iglesias limitado a sus deberes. Respetuosas de la decisión constitucional de un estado laico y de libre albedrío.

¡No queremos más cultura narco, no más doble moral en nuestra ciudad!